¡Aprende la lengua de Amaterasu!

¡¡¡Un millón de millones de bienvenidas!!!

¡¡¡Un millón de millones de bienvenidas!!!
He aquí tu refugio de letras, el recoveco del que nunca serás echad@. Ven conmigo al bosque y encuentra la belleza de la Diosa, juega con los faunos y canta con las sirenas. Aquí tu palabra es oro derramado, pronúnciala y escucharemos entre las hojas. Ven y sabe que no estás sól@.

viernes, 22 de marzo de 2013

Un pie tras otro, emprendemos nuevos caminos todos los días. Las huellas que dejamos son a veces borradas por el viento, por la lluvia, por nuestras propias huellas de regreso, si nos acobardamos a la mitad del viaje. Salimos con poco, con mucho equipaje; con sueños, sin sueños; con esperanza, con miedo. Pero al final nos atrevemos a salir. Recorremos los caminos del hombre, ásperos y sinuosos, porque los hombres son complicados incluso en las líneas rectas, y, al final, nos encontramos con el puente. No con un puente cualquiera, sino con el puente. Aquel que puede desmoronarse mientras lo recorremos, el que nos mira ominoso cuando lo miramos. Quienes lo cruzan ya no serán nunca los mismos. Sin embargo no es siempre claro lo que hay al otro lado del puente.